15 nov 2013

Los cuentos terapéuticos



A la vista de que parece que a muchos os ha gustado el cuento de "Llama y el rey", os voy a contar como utilizo este tipo de cuentos en terapia. Ni que decir tiene que lo que os voy a contar sirve tanto para niños como para adultos, pero yo lo utilizo sobre todo con niños. Esto se debe a la dificultad que existe en ocasiones, dependiendo de la edad, de tratar algunos temas problemáticos en los niños de forma directa. Por un lado, suelen ser reticentes a hablar abiertamente de sus conflictos y motivos que le traen a terapia, y por otro, resulta un método lúdico, llamativo y atrayente, que resulta en poder tratar el problema restándole dramatismo, poniendo alguna nota de humor, y convirtiendo la actividad en algo incluso divertido.


Sea como sea, lo más importante es que está demostrado que tanto en adultos como en niños, (aunque especialmente en estos últimos), es más facil conectar con su mundo emocional a través de las metáforas o el mundo mágico que subyace a los cuentos. Es justo en la infancia cuando el mundo de las hadas, los ogros, los duendes o cualquier otro personaje cobra especial relevancia para los niños. Los cuentos son vistos por los niños como un pequeño rincón donde se pueden identificar con los personajes para poder ser héroes, o su animal favorito, o su personaje favorito. Es por ello que conociendo sus gustos o preferencias en este sentido, podemos conectar con su mundo emocional. Y también resulta tremendamente liberador para el niño, el poder hablar de su problema poniendo el peso por un ratito en otros personajes que no sean él mismo, para de este manera aliviar un poco el sentimiento culpabilizador.


En este caso, lo que hago en terapia es pedir al niño que él mismo escriba un relato, un cuento inventado, donde él escoge que personajes intervendrán, la trama del cuento, los diálogos, etc...La única condición es que el cuento tiente que representar metafóricamente el problema que estamos tratando, o la situación con la que queremos conectar con el niño, de cara a darle herramientas para poder solucionarlas.

Una vez que el niño escribe su cuento, le hacemos todas las preguntas a cerca de él, para que nos quede claro qué quiso representar en cada escena, y para que no nos queden dudas a cerca de cómo define el niño el problema. De este modo obtenemos información muy útil a cerca de como vive el niño el conflicto. A través de un cuento, sacaremos probablemente más información que preguntándole directamente. 

A continucación es cuando entro yo en acción, y lo que hago es "reescribir" su historia, manteniendo siempre los mismos protagonistas, y la misma trama del cuento. Lo única que varía es que desde mi "quehacer terapéutico", aporto al niño en mi "reestructuración" nuevas soluciones no intentadas para tratar de solventar el problema. La intención es que el cuento resulte una "pseudo realidad", en la que nadie sale perjudicado. Aportamos soluciones en el cuento de manera que tanto los niños, como el resto de personas implicadas en el problema, salgan beneficiados. Si el niño nos da permiso, podemos utilizar el cuento final para dárselo a leer a todos los miembros implicados en el problema. De este modo, cada uno termina sintiéndose identificado con algún personaje, y aprende, a través del mundo metafórico, estrategias sanas de dar solución a los conflictos. 

Teniendo en cuenta esto, ya os habréis dado cuenta de que ni los personajes ni la trama de "Llama y el Rey" son idea mía. Ambos son idea de una de mis pacientes, de 9 años, que ha representado en este cuento su conflicto personal. Con lo cual, muchísimas gracias a ella y a su gran honestidad. A través de las historias de los niños, es como nosotros nos inspiramos para poder hacer "mágica" la terapia, y de este modo ayudarles utilizando sus propios recursos.

Hay miles de maneras más de utilizar los cuentos en terapia, esta es solo una de ellas.

Ana B. Taboada-Psicólogo
Num Col. G-4678


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