20 nov 2013

Qué es la Terapia ocupacional



La Terapia Ocupacional (TO) adquiere día a día más importancia a nivel socio-sanitario. A su vez, los profesionales de la TO, están cada día más presentes en la vida de las personas conTrastornos del Espectro del Autismo y sus familias. Y sin embargo, a día de hoy, sigue existiendo mucho desconocimiento sobre esta profesión y sus objetivos. En esta serie de artículos vamos a intentar explicar en qué consiste exactamente la TO y cómo los profesionales usan sus conocimientos para mejorar la calidad de vida de las personas con Trastornos del Espectro del Autismo.

¿Qué es la Terapia Ocupacional? ¿Qué contenidos trabaja? ¿Qué objetivos tiene? ¿Es algo nuevo? En definitiva… ¿Qué es la Terapia Ocupacional?

1.- Entrando en materia…

Todavía quedan muchos mitos que romper (¡sí, sí, como en el autismo!), y mucho que explicar al resto de profesionales, y por supuesto a los usuarios. Veamos algunos ejemplos de lo que otras personas piensan sobre qué es la Terapia Ocupacional (todo esto es real, no me lo invento):

“Una mezcla entre Psicología y Fisioterapia (o parecido)”
“Los que están con las personas con discapacidad”
“No sabía que eso es una carrera, ¿qué es eso?”
“Los que enseñan las tareas de casa a personas con discapacidad”
“Los que entretienen a los abuelos”
“Los que entrenan memoria con los abuelos”
… y muchas otras “erróneas” o “incompletas”

Lo que espero tras la lectura de este artículo, y de otros venideros, es daros una imagen clara sobre lo que es la Terapia Ocupacional, y sobre sus fundamentos, para ayudaros a entender su gran utilidad.

2.- Los Inicios…

Nuestra disciplina nació formalmente el 15 de marzo de 1917, con la creación de la “National Society for the Promotion of Occupational Therapy” (NSPOT) en la “Consolation House”, (Clifton Springs, Nueva York). Los firmantes del documento mencionado fueron George Edward Barton, Thomas Bissell Kidner, William Rush Dunton, Eleanor Clarke Slagle,Susan Cox Johnson e Isabel Newton, conocidos como hoy como los fundadores de la Terapia Ocupacional.

Pero este es sólo el nacimiento formal, el uso terapéutico de la Ocupación Actividad propositiva con sentido se remonta desde el inicio de la historia del hombre. Civilizaciones como la China, los Egipcios, los Griegos o los Romanos ya usaban la Ocupación para promover la salud, como remedio para enfermedades o para aliviar “mentes trastornadas”, varios miles de años antes de Cristo.

La Ocupación es un concepto nuclear que en la profesión, que ha suscitado no pocos debates entre terapeutas… ¡por estar está hasta en el nombre!. Las ocupaciones son “unidades de acción con puntos de inicio y terminación identificables, repetibles, intencionales y conscientemente ejecutadas”. Por ejemplo, mirar el Facebook, escribir este artículo, o salir a tomar algo con mis amigos, son tres ejemplos de ocupaciones.

Señalamos unas características básicas sobre la Ocupación:

  • Repetibles, intencionales y conscientes ejecutadas: por ejemplo, leer un libro, puedo leerlo cuando quiera, y volver a releerlo cuando me apetezca, es algo totalmente consciente e intencional “quiero leer un libro”.
  • Tienen una significación para la persona, por ejemplo, para mí pintarme las uñas es una ocupación de baja significación, a veces lo hago por no tener ganas de pensar en otra cosa o mientras hay puesto en la tele algo que no me gusta; sin embargo escribir en mi blog tiene gran significación para mí, me encanta, y cada vez que tengo tiempo escribo algo.
  • Dependen de las aspiraciones, necesidades y entornos de las personas: yo he estudiado dos carreras porque tengo aspiración de ser profesora en la universidad, y para ello necesitado mudarme de región (esas carreras no estaban en mi ciudad).
  • Están relacionadas con el uso del tiempo intencional que realiza el sujeto: paso poco tiempo cocinando porque no me gusta, pero sí que paso mucho paseando.
  • Son los medios a través de los cuales las personas controlan y equilibran sus vidas, pero también estamos condicionados por nuestros roles, habilidades, responsabilidades y entornos: me puedo querer ir a trabajar a Alemania, pero si tengo un hijo y no sé alemán también puede ser complejo.

No es intención de este artículo hacer un repaso histórico ni sobre la evolución de la concepción de Ocupación, o sobre los las distintas influencias históricas, pero me parecía interesante centrar un poco el tema. Para los interesados en profundizar en estos aspectos, consultar la bibliografía anexa.


3.- Los Fundamentos…


Cuando alguien te pregunta que a qué te dedicas, y tú respondes que eres Terapeuta Ocupacional, algunas veces notas cierta expresión de incredulidad en la cara de esa persona, y ya te imaginas cuál va a ser su siguiente pregunta… “¿pero eso qué es?” Es el momento de coger aire a tratar de hacer una explicación coherente, lo suficientemente sencilla para que la persona que tenemos delante comprenda, pero suficientemente compleja para transmitir la filosofía y la tecnicidad de la profesión.

Vamos a ver varias definiciones que hacen varias instituciones relacionadas con el desarrollo y la promoción de la Terapia Ocupacional:

Según la Asociación Profesional Española de Terapeutas Ocupacionales o APETO (1999), se trata de:


“Una disciplina sociosanitaria que evalúa la capacidad de la persona para desempeñar las actividades de la vida cotidiana e interviene cuando dicha capacidad está en riesgo o dañada por cualquier causa.



Se utiliza la actividad con propósito y el entorno para ayudar a la persona a adquirir el conocimiento, las destrezas y actitudes necesarias para desarrollar las tareas cotidianas requeridas y conseguir el máximo de autonomía e integración (e inclusión)”


El Colegio de Terapeutas Ocupacionales de Gran Bretaña o BAOT, define:


“La Terapia Ocupacional evalúa las funciones físicas, psíquicas y sociales del individuo, identificando áreas de disfunción e introduce al sujeto en un programa estructurado de actividades para superar la discapacidad.



Las actividades seleccionadas pueden estar relacionadas con las necesidades sociales, culturales, de consumo personal y económicas y puede reflejar factores del entorno que gobiernan la vida del individuo.”


La Red Europea de Terapia Ocupacional en la Enseñanza Superior o ENOTHE, establece en el año 2000 que:


“La Terapia Ocupacional utiliza un enfoque centrado en el paciente por medio de la actividad para posibilitar la función ocupacional y para promover el bienestar dentro del ambiente, para mejorar la calidad de vida”


Es decir, se trata de una profesión que usa la Ocupación para mejorar la independencia y la inclusión de la persona en la sociedad. Para esto se puede tratar de enseñar la tarea tal cual es “reeducar, entrenar”, o bien adaptar dicha tarea o el entorno para ayudar a la persona a ser independiente en la realización de la misma “sustituir, adaptar”.

Por ejemplo, en el caso de un niño con TEA con dificultades para aprender a abotonarse la camisa: estamos reeducando, si tras analizar las dificultades que tiene, tratamos de solucionarlas con entrenamiento, para que finalmente logre hacer el abotonado sin apoyos ni modificaciones. Sin embargo, estamos optando por un enfoque sustitutivo, si le abrimos más los ojales de las camisas, usamos un Producto de Apoyo (antes Ayuda Técnica) como un abotonador, quitamos los botones y los sustituimos por unos más grandes…

4.- ¿Qué trabajamos y en qué nos fijamos en Terapia Ocupacional?


A.- Áreas Ocupacionales: son categorías amplias de la actividad humana. Es decir, cualquier actividad que realicemos en nuestra vida, cualquiera, está dentro de una de las siguientes 8 categorías:
- Actividades Básicas de la Vida Diaria: orientadas al cuidado de uno mismo, son universales
- Actividades Instrumentales de la Vida Diaria: actividades que se realizan en casa y en la comunidad, más complejas que las anteriores. Tienen carácter cultural
- Trabajo: actividades para participar en un empleo remunerado o voluntario
- Educación: actividades para el aprendizaje y la participación en el ambiente
- Participación social: patrones de comportamiento esperados de una persona dentro de su rol en un sistema social
- Ocio: actividades intrínsecamente motivadas, practicadas en el tiempo libre
- Juego: actividades organizadas o espontáneas que proporcionan diversión y disfrute
- Descanso y sueño: actividades relacionadas con un descanso restaurador, que posibilite la participación activa en el resto de áreas



Actividades Básicas de la Vida Diaria
Actividades Instrumentales de la Vida Diaria
Educación
Juego
Baño y ducha
Cuidado del intestino y la vejiga
Vestido
Comer
Alimentación
Movilidad funcional
Cuidado de los dispositivos de atención personal
Higiene y arreglo personal
Aseo e higiene en el inodoro
Actividad sexual
Cuidado de los otros
Cuidado de las mascotas
Criado de los niños
Uso de los sistemas de comunicación
Movilidad en la comunidad
Manejo de temas financieros y recursos fiscales
Cuidado de la salud y manutención
Mantenimiento de un hogar
Preparación de la comida
Procedimientos de seguridad y respuesta en emergencia
Realización de compras
Participación en la educación formal e informal
Exploración de necesidades educativas
Exploración del juego
Participación en juego
TrabajoParticipación social
Intereses para la búsqueda de empleo
Búsqueda y adquisición de un empleo
Rendimiento en el trabajo
Preparación y ajuste para la jubilación
Exploración y participación en voluntariado
Participación en la comunidad
Participación en la familia
Participación con los amigos
Ocio
Exploración del ocio
Participación en ocio
Descanso y sueño
Descanso – dormir
Preparación y participación en el sueño


B.- Equilibrio Ocupacional: es la capacidad organizar de convenientemente las actividades en que nos involucramos las personas en nuestra vida. Mantener un equilibrio correcto repercute positivamente en nuestra salud y calidad de vida. Desequilibrios tanto por exceso como por defecto pueden tener distinto impacto, pudiendo llegar a ser demoledores, veamos algunos ejemplos:

¿Habéis estado alguna vez hospitalizados, cómo os sentíais cuando estabais todo el día en la cama sin nada que hacer? O incluso en casa, en vuestro entorno ¿habéis estado encamados? ¿No os asaltaban deseos de levantaros a hacer cualquier cosa?

¿Y cómo algunas personas, que tras una vida de trabajo, de repente se jubilan, y se sienten “perdidas” con tanto tiempo libre sin saber en qué ocuparlo?

¿Y esas temporadas en las que tenéis que entregar algún proyecto, y os pasáis todo el día estudiando/ trabajando, sin poder disfrutar?

¿Qué les pasa a muchas amas de casa que se pasan el día haciendo sus labores, sin disfrutar de actividades de participación social?

Y una de las preguntas del millón… ¿y algunos niños con algún tipo de discapacidad/ diversidad funcional, que se pasan el día yendo a la escuela, después a comer, a las extraescolares, vuelta a hacer los deberes, a las terapias de Psicología, Terapia Ocupacional, Logopedia y más? ¿Tienen tiempo realmente de “ser niños”? a ocupación principal de los niños, no olvidemos es JUGAR


C.- Componentes/ Destrezas del Desempeño: son una serie de habilidades necesarias para realizar cualquier ocupación, una especie de “cadena de eslabones”, en la que si uno falla, puede arrastrar al resto.

Se clasifican dentro de:

- Destrezas motoras y praxis: habilidades para realizar actos motores, organizar, planificar y ejecutar movimientos
- Destrezas sensoriales-perceptuales: acciones para localizar, identificar y responder a sensaciones y para seleccionar, interpretar, asociar, organizar y recordar eventos sensoriales basados en experiencias a través de los sentidos: vista, oído, tacto, olfato, gusto, propioceptores y vestibulares
- Destrezas de regulación emocional: identificación, manejo y expresión de emociones en la realización de actividades y en la interacción con otros
- Destrezas cognitivas: acciones relacionadas con la planificación y la gestión del desempeño de una actividad
- Destrezas de comunicación y sociales: acciones para comunicarse e interrelacionar con otros durante las actividades

Por ejemplo, Juan está aburrido y quiere jugar a la consola. Pero la consola está en un lugar al que no llega y se la tiene que pedir a su madre:

- Destrezas motoras y praxis: Juan se tiene que levantar desde donde esté e a ir a buscar a su madre, una vez que esté jugando tiene que coordinar los movimientos de las teclas, tiene que mantener la postura jugando…
- Destrezas sensoriales-perceptuales: Juan tiene que percibir los estímulos visuales y auditivos relevante en el juego, hacer distintas presiones en las teclas y a distinta velocidad…
- Destrezas de regulación emocional: Juan ha de identificar que está aburrido y que le “apetece” hacer algo para paliar esa situación…
- Destrezas cognitivas: “decide” que quiere jugar a la consola, juzga que él no llega a la consola, entonces ha de pedir “ayuda”, tiene que “montarla” siguiendo una secuencia y colocando los cables con sus clavijas, además de solucionar los problemas que se le presenten en el juego…
- Destrezas de comunicación y sociales: Juan tiene que decirle o comunicarle a su madre sus intenciones

D.- Contexto y Entorno: serie de condiciones o variantes, tanto internas como externas, que influyen en el rendimiento ocupacional de la persona, y por lo tanto, en su independencia. Son varios:

- Cultural: costumbres, creencias estándares de comportamiento y expectativas aceptadas por la sociedad de la cual se es miembro. (Darnos dos besos al saludar, no ir al colegio los fines de semana…)
- Personal: características del individuo que no forman parte de su condición o estado de salud. (Por ejemplo, los niños con TEA, adultos con Asperger…)
- Físico: ambiente natural y construido (no humano) (El hogar de una familia, el centro escolar, el centro de las terapias…)
- Social: relaciones con organizaciones y poblaciones (Con los compañeros del colegio, con los amigos, los primos…)
- Temporal: ubicación del desempeño ocupacional en el tiempo, se refiere tanto a la organización temporal de patrones, como a momentos del día o del año, duraciones o etapas de la vida (Cuando somos niños vamos al colegio por la mañana, cundo somos mayores trabajamos y cuando nos jubilamos no tenemos una ocupación matinal definida)
- Virtual: escenario en el que la comunicación se da sin contacto físico (TICs) Chats, redes sociales, emails, juegos online…

5.- Pequeña conclusión…

Sin un Desempeño Ocupacional adecuado, la autonomía no es posible. Hemos visto varios conceptos fundamentales: Áreas de Ocupación, Equilibrio Ocupacional, Destrezas del Desempeño y Entornos.

Ésta ha pretendido ser una pequeña presentación sobre qué es la Terapia Ocupacional. Me he dejado atrás muchísimos aspectos importantes, aspectos que espero ir completando en futuras aportaciones, pero creo que son suficientes para que a los lectores “les pique el gusanillo” de querer conocernos más, y de confiar en nuestras intervenciones.

En sentido muy amplio, podemos concluir diciendo que la Terapia Ocupacional es una disciplina que pretende dar los apoyos necesarios para que las personas tengan un desempeño ocupacional satisfactorio, para que sean independientes y autónomas, y que todo ello posibilite su integración/ inclusión en la sociedad. Pretendemos darles herramientas que les posibiliten tomar las riendas de sus vidas, de sus deseos, de sus sueños.

Y lo más importante…


6.-Créditos


Autora del Artículo: Sabina Barrios Fernández, es Terapeuta Ocupacional en AFTEA y responsable de Formación en Engloba.


Twitter: @Blog_TO_PSM_AT


Autor pictogramas: Sergio Palao Procedencia: ARASAAC (catedu.es/arasaac/) Licencia: CC (BY-NC-SA)

Muchísimas gracias a Pablo A. Cantero, presidente del Colegio Profesional de Terapeutas Ocupacionales de Extremadura (COPTOEX), por apoyarme en la realización de este artículo.


15 nov 2013

Los cuentos terapéuticos



A la vista de que parece que a muchos os ha gustado el cuento de "Llama y el rey", os voy a contar como utilizo este tipo de cuentos en terapia. Ni que decir tiene que lo que os voy a contar sirve tanto para niños como para adultos, pero yo lo utilizo sobre todo con niños. Esto se debe a la dificultad que existe en ocasiones, dependiendo de la edad, de tratar algunos temas problemáticos en los niños de forma directa. Por un lado, suelen ser reticentes a hablar abiertamente de sus conflictos y motivos que le traen a terapia, y por otro, resulta un método lúdico, llamativo y atrayente, que resulta en poder tratar el problema restándole dramatismo, poniendo alguna nota de humor, y convirtiendo la actividad en algo incluso divertido.


Sea como sea, lo más importante es que está demostrado que tanto en adultos como en niños, (aunque especialmente en estos últimos), es más facil conectar con su mundo emocional a través de las metáforas o el mundo mágico que subyace a los cuentos. Es justo en la infancia cuando el mundo de las hadas, los ogros, los duendes o cualquier otro personaje cobra especial relevancia para los niños. Los cuentos son vistos por los niños como un pequeño rincón donde se pueden identificar con los personajes para poder ser héroes, o su animal favorito, o su personaje favorito. Es por ello que conociendo sus gustos o preferencias en este sentido, podemos conectar con su mundo emocional. Y también resulta tremendamente liberador para el niño, el poder hablar de su problema poniendo el peso por un ratito en otros personajes que no sean él mismo, para de este manera aliviar un poco el sentimiento culpabilizador.


En este caso, lo que hago en terapia es pedir al niño que él mismo escriba un relato, un cuento inventado, donde él escoge que personajes intervendrán, la trama del cuento, los diálogos, etc...La única condición es que el cuento tiente que representar metafóricamente el problema que estamos tratando, o la situación con la que queremos conectar con el niño, de cara a darle herramientas para poder solucionarlas.

Una vez que el niño escribe su cuento, le hacemos todas las preguntas a cerca de él, para que nos quede claro qué quiso representar en cada escena, y para que no nos queden dudas a cerca de cómo define el niño el problema. De este modo obtenemos información muy útil a cerca de como vive el niño el conflicto. A través de un cuento, sacaremos probablemente más información que preguntándole directamente. 

A continucación es cuando entro yo en acción, y lo que hago es "reescribir" su historia, manteniendo siempre los mismos protagonistas, y la misma trama del cuento. Lo única que varía es que desde mi "quehacer terapéutico", aporto al niño en mi "reestructuración" nuevas soluciones no intentadas para tratar de solventar el problema. La intención es que el cuento resulte una "pseudo realidad", en la que nadie sale perjudicado. Aportamos soluciones en el cuento de manera que tanto los niños, como el resto de personas implicadas en el problema, salgan beneficiados. Si el niño nos da permiso, podemos utilizar el cuento final para dárselo a leer a todos los miembros implicados en el problema. De este modo, cada uno termina sintiéndose identificado con algún personaje, y aprende, a través del mundo metafórico, estrategias sanas de dar solución a los conflictos. 

Teniendo en cuenta esto, ya os habréis dado cuenta de que ni los personajes ni la trama de "Llama y el Rey" son idea mía. Ambos son idea de una de mis pacientes, de 9 años, que ha representado en este cuento su conflicto personal. Con lo cual, muchísimas gracias a ella y a su gran honestidad. A través de las historias de los niños, es como nosotros nos inspiramos para poder hacer "mágica" la terapia, y de este modo ayudarles utilizando sus propios recursos.

Hay miles de maneras más de utilizar los cuentos en terapia, esta es solo una de ellas.

Ana B. Taboada-Psicólogo
Num Col. G-4678


13 nov 2013

Cuentos que enseñan. "Llama y el Rey"




Érase una vez un dragón, que tenía por nombre Llama. Este nombre se lo habían puesto porque se enfadaba en muchas ocasiones, y hacía salir su furia en forma de grandes llamaradas que terminaban arrasándolo y quemándolo todo. Por este motivo, a Llama le costaba hacer amigos, porque siempre había un momento en el que algo de otro persona le enfadaba, y como no era capaz de arreglar sus enfados de otro modo, siempre perdía a sus amigos, después de que quemara sus casas o sus ropas, fruto de su furia.

Llama no era feliz por este motivo, pero él no perdía la esperanza de algún día ser capaz de hacer amigos, sin que estes le abandonaran. Lo intentaba una y otra vez, y se preguntaba el porqué de su desdicha, cuando él no se consideraba una mala persona. Ni siquiera se sentía identificado con esa furia que le salía y era la culpable de sus males. Él quería ser de otra manera, y tratar de solucionar sus enfados de otro modo….pero no era capaz. Sentía cómo una especie de fuerza lo invadía cada vez que algo le enfadaba, y no era capaz de detener los acontecimientos. Cuando quería darse cuenta, ya había arrasado todo a su paso, y sus amigos le habían abandonado. 


En una ocasión, y en uno de sus múltiples viajes, Llama llegó a un pueblo que le resultó acogedor. No tardó en enterarse de que el pueblo tenía un rey, y Llama se dispuso a tratar de conocerlo. Se acercó al castillo donde este vivía, y pidió hablar con él. El rey enseguida lo recibió. Lo hizo pasar a un gran salón, y mandó preparar para él una suculenta merienda. El rey era conocido por su gran generosidad y la cercanía con la que trataba a todo aquel que lo visitaba o le saludaba.

Estuvieron un buen rato presentándose y hablando amablemente, hasta que el Rey dijo al Dragón:

- Vaya, no me había fijado en tu gran cola…es casi más grande que tú- al tiempo que soltó una gran carcajada.

Fue entonces cuando Llama se percató de esa sensación que le era muy familiar, esa que consistía en que una corriente empezaba a atravesarle el cuerpo desde los pies a la cabeza, y terminaba en esa explosión de furia que tantos problemas le traía. Todo ocurría de un modo tan rápido que a Llama no le daba tiempo a nada, las llamas ardían en su boca deseando salir y era cuestión de segundos. Y así fue, cuando fue capaz de abrir los ojos, todo apareció calcinado y de un color negruzco muy familiar para Llama. 

Miró a su nuevo amigo el Rey, con sus lujosas vestimentas ahora reducidas a harapos, y vio en su rostro reflejada la sorpresa por lo ocurrido, aunque algo en su mirada le sorprendió, creyó ver en ella algo que hasta ahora nunca había visto en el resto de personas que habían probado su furia.

A pesar de ello, Llama creyó que todo lo que vendría a continuación sería lo que él ya conocía por otras ocasiones: el Rey lo echaría del castillo, y de nuevo otro amigo lo abandonaría. Sin mediar palabra, y anticipándose a que esto ocurriera, Llama comenzó a avanzar sigilosamente, con la sensación de abatido y cabizbajo, hasta la puerta para disponerse a abandonar el castillo, ante la atónita mirada del rey.

No había recorrido más de unos cuantos metros, cuando reconoció la voz de su amigo en el fondo del salón:

- ¿A donde vas?- preguntó el rey.

- Me voy….- contestó muy triste el dragón- Sé que estarás enojado conmigo por lo que he hecho, y me echarás del castillo y de tu vida.

- Vaya…y tú como sabes eso?, si yo aún no te he dicho nada?

- Porque todos mis amigos me echan de su vida o me abandonan cuando lo quemo todo con mis llamas, y sé que tú harás lo mismo.

- Pues me temo que no todas las personas somos iguales, y aunque una gran mayoría de tus amigos reaccionen de ese modo, no quiere decir que yo también lo vaya a hacer.

Llama no podía creer lo que estaba oyendo. Era la primera vez que alguien a quien él había quemado sus pertenencias le seguía hablando, y no se encolerizaba con él.

- Me gustaría que te quedaras…- dijo el rey con firmeza y mirándole a los ojos- Si lo haces, podremos hablar de lo que ha sucedido, y quizás juntos podamos entenderlo y hacer lo posible para que podamos seguir siendo amigos.

Llama notó como varias lágrimas asomaban por sus ojos, y caían después por sus mejillas. Una gran emoción le invadió, y no fue capaz de contener el llanto que, de igual manera que hacía la furia, se apoderó de él, y se sorprendió a sí mismo llorando desconsoladamente. Lloró y lloró y el rey permaneció a su lado mientras lo hacía, sin dejarlo solo ni un momento. 

Llama no entendía muy bien que era lo que estaba sucediendo allí, pero sabía que era la primera vez que las cosas ocurrían de un modo diferente, y había algo en aquel rey que le sorprendía y lo mantenía anclado al suelo de aquel castillo. De repente sintió unas ganas enormes de permanecer al lado de su amigo, y descubrir a donde le llevaría esta nueva situación, que el desconocía, pero era enorme la curiosidad que albergaba, por saber más de aquel rey, que no le había echado de su castillo, a pesar de haberle quemado algunas de sus pertenencias.

El rey mandó a todos los obreros del reino que se pusieran manos a la obra para arreglar todos los desperfectos que el fuego había causado, y ofreció a Llama descansar un poco en una de sus habitaciones:

- Ve y descansa un poco. Creo que lo necesitas, y cuando estés un poco más tranquilo, si te apetece hablaremos de lo que ha ocurrido.

- De acuerdo- Contestó Llama.

Horas más tarde, cuando Llama fue capaz de tranquilizarse, y se vio con fuerzas para hablar con el rey, fue a buscarlo. Lo encontró dando instrucciones a los obreros a cerca de las nuevas reformas. El rey, al verlo, dejó inmediatamente lo que estaba haciendo, y condujo a Llama a un salón que no había resultado herido por los acontecimientos. Llama seguía muy sorprendido, porque nunca le habían tratado con tanta amabilidad, sobre todo después de haber hecho lo que ambos sabían.

Se sentaron a la lumbre de una gran chimenea, en unos sillones muy cómodos. Llama se sentía avergonzado y no sabía muy bien qué decir ni por dónde empezar a hablar. El rey enseguida tomó la palabra.

- ¿Te encuentras mejor?- Le dijo el rey…

- Si…bueno…al menos estoy más tranquilo…aunque reconozco que estoy un poco sorprendido…porque esto no es lo que me suele pasar. Todos mis amigos me abandonan cuando yo quemo sus cosas…y tú…en fin…tú pareces diferente.

- Verás Llama, en realidad yo no soy tan diferente a tus otros amigos. Quiero decir que, al igual que ellos, he sentido rabia y enfado porque algunas de mis cosas han terminado quemadas, y has quemado uno de los salones de mi casa. Lo que sí es diferente, es mi modo de relacionarme con mi enfado.

Llama se mostraba perplejo y no entendía nada. Nunca nadie le había hablado de aquel modo, y mucho menos creía en la posibilidad de que las personas pudieran reaccionar ante el enfado de un modo diferente al que él conocía, y que era, pues, con más enfado.

El rey siguió hablando:

- Lo que quiero decirte, y me gustaría que entiendas es que, los sentimientos de enfado son normales en nosotros, y a veces hasta necesarios. No está mal que uno se enfade o algo nos moleste. Lo que está mal es lo que uno a veces hace con su enfado. Verás...- continuó explicando el rey- el enfado es visto muchas veces como algo que tiene poder sobre nosotros, como si fuera una especie de duendecito que nos dirige. Y esto no es así, en realidad nosotros tenemos poder sobre ese duendecito que nos asalta en ocasiones, y podemos decirle como queremos que se manifieste. Podemos escoger encolerizarnos, romper cosas, quemas cosas, gritar, echar culpas a otros…o podemos escoger tratar de entender por qué estamos enfadados, para poder calmarnos sin perjudicar a nadie ni a nada.

Llama permanecía con los ojos muy abiertos ante las explicaciones del rey. Nunca había pensado en que las cosas pudieran ser de una forma diferente a como a él las conocía, pero de repente se sintió tremendamente interesado por seguir escuchando, y conociendo más de todo aquello que el rey le contaba.

- En muchas ocasiones, el enfado es una forma de ocultar otras cosas que estamos sintiendo, como miedo o tristeza por algo. Solemos enfadarnos porque creemos que con el enfado conseguiremos calmar ese miedo…pero esto normalmente no es así. Nuestros miedos aumentan. Si en lugar de tapar esos miedos con el enfado, conseguimos detectarlos y reconocerlos, podremos calmarlos de otras maneras, de modo que no nos perjudique ni a nosotros, ni a las personas que tenemos cerca. Y entonces ya nunca más necesitaremos usar el enfado, porque en realidad no cumple ya ninguna función.


Llama empezó a identificarse con las palabras de su amigo, y se sorprendió a sí mismo tratando de ver si aquello que el rey le decía podía tener algo de cierto en lo que a él le pasaba. Echó la vista atrás, y trató de recordar aquellas primeras veces en las que empezó a utilizar su enfado para calcinar todo aquello que le molestaba. Hizo un esfuerzo, y pensó si sus habituales enfados eran en realidad, una tapadera de alguna otra cosa, tal y como decía el rey, que le estuviera haciendo daño y él no se diera cuenta. 

Pensó entonces en que cuando era más pequeño, siempre tenía miedo a no caer bien a sus amigos, sentía que todos ellos eran más simpáticos que él, que tenían más habilidades, eran más guapos, y que por lo tanto, eran más dignos que él de caer bien y de tener más amigos. El sentía que no era merecedor de tal cosa, y que seguramente sus amigos no le querrían porque él no era tan bueno, ni tenía cosas tan maravillosas como todos los demás. 

Cuando fue capaz de articular palabra, explicó esto al rey. Le dijo que él siempre habría creído que los demás eran mejor que él, que no creía que él tuviera cosas maravillosas que atrajeran a la gente, y por lo cual los demás nunca querrían ser sus amigos. 

El rey lo miro fijamente, y acariciándole una de sus grandes patas, le dijo:

- ¿Y ahora crees realmente que eso es así? ¿De verdad crees que no hay en ti cosas maravillosas que a otros puedan gustar y por lo tanto quieran ser tus amigos? 

Llama hizo un gesto con la cabeza, como avergonzado, y se sintió tremendamente emocionado por aquellas palabras. Realmente había creído eso toda su vida, y nunca había dedicado ni un minuto de su tiempo a pensar en si él podía tener cosas estupendas que gustaran a otros. 

- Verás Llama, todos solemos pensar que los demás son mejores que nosotros, o tienen cosas maravillosas de las cuales nosotros carecemos, pero esto es porque nos es más fácil ver lo de los demás que lo nuestro propio. Al igual que te pasa a ti, también le pasa a los demás, que ven en ti cosas que ellos quisieran poseer, porque les parece maravilloso. 


- ¿En serio lo crees?- dijo sorprendido el dragón levantando con rapidez su cabeza. 


- Pues claro que lo creo- respondió el rey- lo que ocurre es que no tenemos por costumbre decirnos unos a otros las cosas que nos gustan de los demás, y con lo cual a veces no sabemos que partes de nosotros gustan, pero sin duda esas partes existen.

Por primera vez en toda su vida, Llama fue consciente entonces de lo que le había sucedido. Durante mucho tiempo, él mismo se había creído aquellas ideas irracionales de que él no era tan bueno como los demás, y por tanto poco digno de que sus amigos le quisieran. Dado que creía esto a pies juntillas, cuando se acercaba a sus amigos, lo hacía muerto de miedo porque temía que no le aceptaran. Todo iba bien, hasta que alguien lo contrariaba o le hacía una broma, porque Llama creía que si se burlaban de él, o no estaban de acuerdo con algo que él decía, esto significaba que no le querían. Y de ahí que se enfureciera y empezara a utilizar su “genio” y sus llamas para destrozar todo lo que encontraba a su paso. Siempre había parecido un dragón mal humorado y tremendamente enfadado….cuando en realidad, lo que estaba era…muerto de MIEDO.

Llama no sabía cómo contener tanta emoción y de nuevo lloró y lloró, hasta que se quedó sin lágrimas. Toda su vida se había identificado con aquel dragón con aspecto de malhumorado, y ahora se daba cuenta de que eso solo era una fachada, una forma poco útil de ocultar su miedo.

- Siento haberte quemado la casa, y tus ropas…te pido disculpas…- dijo Llama a su amigo, entre sollozos. Al mismo tiempo que pronunciaba estas palabras, se daba cuenta de que era la primera vez que pedía disculpas a un amigo, por un daño que él le había hecho. 

Era le primera vez que se daba cuenta de que esa forma tan poco útil de manifestar su enfado, traía consecuencias negativas a la gente que él quería, y desde luego, así era muy fácil que sus amigos lo abandonaran.

- Oh no te preocupes! –contestó el rey- se perfectamente que no era tu intención quemar mi casa. Lanzar tus llamas, era la única manera que habías aprendido hasta ahora de manifestar tu enfado. Pero desde el primer momento en que entraste por la puerta de mi castillo, me di cuenta de que eras un gran dragón, con un montón de cosas estupendas que ofrecer, y me apeteció enseguida conocerte y ser amigo tuyo. Fíjate en una cosa…si yo me hubiera enfadado contigo por quemar mi casa y te hubiera echado de mi castillo, me habría perdido la oportunidad de conocerte, y nunca hubiéramos sido amigos.

Llama era cada vez más consciente de cuantas cosas había hecho de la manera equivocada. Él solo quería tener amigos, y que le quisieran, pero por dejar que su enfado le invadiera y demostrarlo a sus amigos con las llamas, nunca conseguía lo que quería, y siempre lo abandonaban.

Llama y el rey continuaron largo rato hablando de estas cosas, y de otras. El rey decidió celebrar una gran cena en honor a la visita de su amigo, al que ahora apreciaba mucho, y vinieron gentes del reino y de reinos cercanos. Llama conoció un montón de gente, y empezó a aplicar todo lo que su amigo el rey le había enseñado. De esta manera pudo bromear y aceptar bromas de otros, también dar opiniones positivas o negativas, y recibirlas de otros. Y oyera lo que oyera, nunca más pensó que la gente no lo quería. Lo que aprendió a pensar fue que los demás podían estar de acuerdo o no con él, o podían bromear sobre él, pero esto no significaba que no lo quisieran. 

Llama nunca necesitó volver a utilizar sus llamaradas, ni siquiera enfadarse. Aprendió a aceptar a los demás como eran, a expresar lo que sentía, a no tomarse mal los actos de los demás, y sobre todo a empezar a pensar que tenía cosas maravillosas por las cuales era digno de que sus amigos le quisieran.

Ana B. Taboada. Psicólogo 
Num col. G-4678

2 nov 2013

Desvincularse de las heridas del pasado


La inclinación a vincularnos con nuestras heridas, en lugar de dejarlas atrás, hace que experimentemos constantemente la sensación de no ser dignos. Una persona que haya experimentado acontecimientos traumáticos en la vida, como una violación sexual, la muerte de seres queridos, enfermedades traumáticas, accidentes, rupturas familiares, drogadicciones y otras cosas similares, puede llegar a vincularse con los dolorosos acontecimientos del pasado y rememorarlos para llamar la atención o despertar lástima en los demás. Esas heridas de nuestras vidas parecen darnos una gran cantidad de poder sobre los demás.

Cuanto más les hablamos a otros sobre nuestras heridas y sufrimientos, tanto más creamos un entorno de compasión por nosotros mismos. Nuestro espíritu creativo permanece tan conectado con los recuerdos de nuestras heridas que no puede dedicarse a transformar y manifestar. El resultado de ello es la sensación de desmerecimiento, de no ser digno de recibir todo aquello que se desea.

La tendencia a vincularnos con las heridas de nuestras vidas nos recuerda lo poco merecedores que somos de recibir nada de lo que realmente nos gustaría tener, debido a que permanecemos sumidos en un estado de sufrimiento. Cuanto más se recuerdan y se repiten estas historias dolorosas, tanto más tiene garantizado esa persona que no atraerá la materialización de sus deseos.

Quizá la frase más poderosa que puedas llegar a memorizar en este sentido sea: «Tu biografía se convierte en tu biología». A la que yo añadiría: «Tu biología se convierte en tu ausencia de realización espiritual». Al aferrarte a los traumas anteriores de tu vida, impactas literalmente sobre las células de tu cuerpo. Al examinar la biología de un individuo, es fácil descubrir en ella su biografía. Los pensamientos angustiosos, de autocompasión, temor, odio y otros similares, cobran un peaje sobre cl cuerpo y el espíritu. Al cabo de un tiempo, el cuerpo es incapaz de curarse, debido en buena medida a la presencia de esos pensamientos.

El apego al dolor sufrido en los primeros años de la vida procede de una percepción mitológica según la cual «tengo derecho a una infancia perfecta, libre de dolor. Utilizaré durante el resto de mi vida cualquier cosa que interfiera con esta percepción. Contar mi historia será mi poder». Lo que hace esta percepción es darle permiso al niño herido que llevas dentro para controlarte durante el resto de tu vida. Además, te proporciona una fuerte sensación de poder ilusorio.

Tenemos que ser muy cuidadosos para evitar explicar nuestra vida actual en términos de una historia traumática anterior. Los acontecimientos dolorosos de nuestras vidas son como una balsa que se utiliza para cruzar el río. Debes recordar bajarte una vez que hayas llegado a la otra orilla.

Observa tu cuerpo cuando has sufrido una herida. Una herida abierta se cierra en realidad con bastante rapidez. Imagina cómo serían las cosas si esa herida permaneciera abierta durante mucho tiempo. Se infectaría y, en último término, acabaría por matar a todo el organismo. El cerrar una herida y permitir que cure puede actuar del mismo modo en los pensamientos de tu mundo interior.

Así pues, no lleves contigo tus heridas. Afróntalas y pide a la familia y a los amigos que sean compasivos mientras te recuperas. Luego, pídeles que te lo recuerden amablemente cuando se convierta en una respuesta predecible. Quizá en cuatro o cinco ocasiones tus amigos y personas queridas te dirán: «Sufriste una experiencia trágica y comprendo perfectamente tu necesidad de hablar de ello. Me importa, te escucho y te ofrezco mi ayuda si eso es lo que deseas». Después de varias situaciones de este tipo, pídeles que te recuerden amablemente que no debes repetir la historia con el propósito de obtener poder a través de la compasión de los demás.

Al retroceder en tu camino y reavivar continuamente tu dolor, incluyendo la descripción de ese dolor y la calificación de ti mismo (superviviente de un incesto, alcohólico, huérfano, abandonado), no lo haces para sentirte más fuerte. Lo haces debido a la amargura que estás experimentando. Esa amargura se pone de manifiesto en forma de odio y cólera al hablar de esos acontecimientos, con lo que no haces sino alimentar literalmente el tejido celular de tu vida a partir de tu cosecha de acontecimientos del pasado.

Eso hace que se extienda la infección e impide la curación. Y lo mismo sucede con el espíritu. Esta cosecha de amargura te impide sentirte merecedor. Empiezas a cultivar entonces una imagen sucia, de criatura desafortunada, desmerecedora y difamada, y eso es lo que envías al universo, lo que inhibirá cualquier posibilidad de atraer el amor y la bendición a tu vida.

Aquello que te permitirá desvincularte de tus heridas es el perdón. El perdón es lo más poderoso que puedes hacer por tu fisiología y por tu espiritualidad, a pesar de lo cual sigue siendo una de las cosas menos atractivas para nosotros, debido en buena medida a que nuestros egos nos gobiernan de un modo inequívoco. Perdonar se asocia de algún modo con decir que está bien, que aceptamos el hecho perverso. Pero eso no es perdón.

Perdón significa llenarse de amor e irradiar ese amor hacia el exterior, negándose a transmitir el veneno o el odio engendrado por los comportamientos que causaron las heridas. El perdón es un acto espiritual de amor por uno mismo, y envía a todo el mundo, incluido tú mismo, el mensaje de que eres un objeto de amor y que eso es lo que vas a impartir.

En eso consiste el verdadero proceso de desvinculación de las heridas, de no seguir aferrándose a ellas como preciadas posesiones. Significa renunciar al lenguaje de la culpa y la autocompasión, y a no seguir adelante con las heridas del pasado. Significa perdonar íntimamente, sin esperar que nadie lo comprenda. Significa dejar atrás la actitud del ojo por ojo, que sólo causa más dolor y la necesidad de más venganza, sustituyéndola por una actitud de amor y perdón. Esta forma de actuar es alabada en la literatura espiritual de todas las religiones.

Sentirse digno es esencial para poder atraer aquello que se desea. Es, simplemente, una cuestión de sentido común. Si no tienes la sensación de merecer algo, ¿por qué te lo va a enviar la energía divina que está en todas las cosas? Así pues, tienes que cambiar y saber que tú y la energía divina sois una sola cosa, y que es tu ego el que se confabula para impedirte utilizar este poder en tu propia vida.

A continuación se indican algunas de las grandes actitudes y comportamientos que puedes incorporar a tu conciencia para facilitar el crecimiento de tus sentimientos de merecimiento.



UN PLAN QUE TE AYUDARÁ A VER QUE ERES DIGNO DE RECIBIR Y ATRAER DESDE LA FUENTE DIVINA

Las siguientes sugerencias representan un plan paso a paso para intensificar tu receptividad al poder de la manifestación en tu vida. Si lo pones en práctica, no cabe la menor duda de que te sentirás digno de la bendición del espíritu divino que lo abarca todo.

 La palabra «inspiración» significa literalmente «estar infundido de espíritu», o en el espíritu, si se quiere.

  • Practica hacer aquello que te guste, y procura que te guste lo que haces cada día. Si vas a hacer algo, concédete el beneficio de no quejarte y, en lugar de eso, muestra cariño por esa actividad. Tu lema aquí ha de ser: «Me gusta lo que hago, y hago lo que me gusta». Eso te sitúa «en el espíritu» y te proporciona literalmente el entusiasmo para ser un receptor digno de la gracia de Dios. La palabra entusiasmo procede de la raíz griega entheos, que significa, literalmente, «estar lleno de Dios».
  • Haz todos los esfuerzos posibles por eliminar de tu vocabulario y de tu diálogo interior los hábitos internos de pesimismo, negatividad, juicio, quejas, murmuraciones, cinismo, resentimiento y crítica destructiva. Sustitúyelos con optimismo, amor, aceptación, amabilidad y paz como forma de procesar tu mundo y a las personas que hay en él.
  • Al margen de lo mucho que te sientas tentado de retroceder hacia hábitos cínicos, recuerda que esa es la energía que estás enviando al mundo, y que con ello transmites un mensaje que bloquea la energía que te devolverá lo que deseas. Si estás lleno de negatividad, te encuentras desequilibrado y tus resentimientos indican que no te sientes digno o preparado para aceptar la energía amorosa que deseas.
  • Procura encontrar cada día un momento de tranquilidad para erradicar los sentimientos de indignidad. Ese tiempo de oración o meditación, o de experimentar simplemente el silencio, alimentará tu alma y eliminará finalmente todas las dudas que puedas abrigar acerca de no merecer el ser beneficiario de la abundancia del universo.
  • Lee literatura espiritual y poesía, y escucha música clásica suave siempre que te sea posible. He descubierto que el simple hecho de leer la poesía de Walt Whitman, de Rabindranath Tagore o de Rumi, hace que todo se sitúe en una perspectiva más sagrada para mí.
  • Procura rodearte, en la medida de lo posible, de cosas bellas.
  • Practica la amabilidad para contigo mismo y para con los demás, con toda la frecuencia que te sea posible.
  • Abandona tu necesidad de tener razón y de ganar; en vez de eso, sé amable, y pronto conocerás la bendición de la paz interior. Recuerda que tu yo superior sólo desea paz. Al practicar la amabilidad, la paz aparece inmediatamente. Al estar en paz contigo mismo y con tu mundo, sabes que eres un digno receptor de todo lo que se cruza en tu camino. Empiezas a confiar entonces en la energía que aporta la realización de tus deseos.
  • Si te encuentras en un estado de confusión y, en consecuencia, te preocupa ganar o perder, te hallas a merced de tu propio ego, al que le encanta la confusión. Toda esa confusión interna hace que te cuestiones a ti mismo y tu valía en comparación con otros. Y eso trae consigo la duda acerca de si eres o no digno de recibir y manifestar.
  • Ponte la meta de ser cada día amable con los demás, al menos una vez, y extiende ese mismo privilegio hacia ti mismo, tanto como te sea posible. Siempre tienes una alternativa acerca de cómo va a reaccionar tu espíritu. La alternativa de la culpabilidad, la preocupación, el temor o el juicio no es más que un pensamiento que se transfiere a tu fisiología. Cuando tu yo físico se ve desequilibrado por estas emociones, te sientes demasiado enfermo e infeliz como para pensar siquiera en participar en el acto de la co-creación de una vida bienaventurada. Te saboteas a ti mismo, y todo por la falta de voluntad para ser amable contigo mismo y con los demás.
  • Empieza a considerar el universo como un lugar amistoso, antes que enemistoso. Sitúa en la categoría de «lecciones» todas las heridas de las fases anteriores de tu vida. Deja de verte condicionado por esas heridas y de convertirlas en un brazalete identificativo.
  • Desvincúlate de la actitud de que este mundo es maligno, está lleno de gente mala, y empieza, hoy mismo, a buscar el bien en la gente con la que te encuentres. Recuerda que, por cada acto de maldad, hay millones de actos de amabilidad. Este universo funciona con la energía de la armonía y el equilibrio. Inspira para absorber esa energía y elimina de tu mente y tu corazón la idea de que eres una víctima. Toda vinculación con tus traumas crea una toxicidad celular en tu cuerpo y un envenenamiento espiritual de tu alma.

Repítelo una y otra vez, hasta que quede bien grabado: «Soy lo que soy, y soy digno de la abundancia que hay en el universo, y de todo lo que hay en él, incluido yo mismo».

Te encuentras ahora en el camino de saber que eres merecedor de atraer y manifestar en tu mundo.

Eres consciente de tu yo superior. Confías en ti mismo y en la sabiduría divina que te ha creado.

Sabes que no estás separado de tu entorno, y que dentro de ti existe el poder para atraer.


Fuente: Wayne Dyer

29 oct 2013

Nuestros saboteadores internos

Dentro de cada uno de nosotros viven dos personajes, dos saboteadores internos que se pelean entre ellos. Son esas voces interiores que invaden nuestra mente, y nos van mareando en el día a día. Fritz Perls, los llamó el "perro de arriba" y el "perro de abajo". Cada uno tiene un rol bien diferenciado dentro nuestro. ¿Te suenan éstas palabras? Tengo que hacer cosas de trabajo....uf que palo las hago luego.... Tengo que limpiar la casa... mañana sí eso.... No me tengo que poner nervioso.... uf pero me tiemblan las piernas..... Todos estas frases ejemplifican nuestros pensamientos que la mayoría de veces son opuestos. ¿Sabes identificar tus pensamientos saboteadores? ¿Sabes qué hacer con ellos? 



El perro de arriba o el que manda

El “perro de arriba” se ocupa de todos nuestros mandatos, todas las cosas que nos vienen impuestas, aquellas cosas que DEBEMOS hacer, sobre todo, estas ideas vienen de parte de nuestros padres y también del entorno que nos rodea. Son los mandatos sobre cómo tienen que ser las cosas y la terapia gestalt les llama “introyectos”. 

La mayoría de veces, estas ideas que nos vienen impuestas no las hemos podido decidir nosotros, sino que se nos ha educado para que cumplamos, y cómo si fueramos un piloto automático, las hacemos sin pensar. 

Ej: Tienes que ser buena persona
No debes de llorar
Sé fuerte
Has de ser responsable 
Has de hacer las cosas perfectas
Debes divertirte más
Debes adelgazar

El “perro de arriba” es el que ejerce de policía, de protector de los “deberías” que impone el buen hacer, él de este modo se convierte en un moralizador, mandón, represivo. Así que de algún modo apuesta por unas conductas aprendidas sin asimilar que él cree que le darán bienestar. 

Si algunos de estos deberías que hemos aprendido de pequeños no se cumplen, entramos en conflicto y esto nos genera mucha ansiedad. Si por ejemplo, no puedo ser fuerte siempre, vivo muy mal la vulnerabilidad, o si las cosas no me salen perfectas, vivo muy mal el que me salgan las cosas no tan bien. 

Puedo identificar a "mi perro de arriba" plena en acción cuando siento que lo que hago en determinada situación “no es suficiente”, cuando me exijo y me acuso de “ser un blando”, de “estar perdiendo el tiempo”, cuando me torturo con la culpa de algo que hice o no hice, cuando me comparo con mis compañeros de trabajo, cuando me juzgo por “no ser perfecto” .

El perro de abajo o el mandado

En cambio el “perro de abajo” lucha por satisfacer nuestros deseos, instintos, necesidades, por aquellas cosas que pedíamos de forma natural y cuando éramos unos niños. Si hacemos un simil, el "perro de abajo" sería nuestro niño interno y el "perro de arriba" sería nuestro adulto interno, el que pone las normas. 

El "perro de abajo" dice: "no puedo o "no quiero" hacer esto que me manda el "perro de arriba". Trata de controlar, de un modo pasivo, sabotea olvidandose de las cosas, fracasa. A veces representa a la victima dentro nuestro. Aplaza las tareas, se confunde y nunca se compromete.

El "perro de abajo" dice: "ya lo haré mañana, qué pereza me da todo, no puedo, me da palo” y con todo este lio, la pobre personalidad fragmentada y dividida, agotada de las luchas entre los dos perros, se pregunta sin descanso: “porqué no puedo ir a correr una vez por semana si sé que lo necesito, porqué me siento tan mal si fallo en una evaluación,etc. 


Resolver el conflicto entre el "perro de abajo" y el "perro de arriba"

Según la terapia gestalt, la ansiedad es justo la expresión del conflicto entre las dos partes de la persona. Aparece cuando lo que deseamos se opone directamente a lo que debemos hacer. El conflicto se manifiesta cuando nuestro "perro de arriba" no nos deja realizar algo que necesitamos, por ejemplo, si no nos da permiso para dejar de ser fuertes, y necesitamos un abrazo, nos empeñamos en continuar siendo fuertes, y sin necesidad de afecto, aquí puede aparecer ansiedad claramente. 

Para resolver este conflicto interno podemos establecer un diálogo entre estas dos partes de uno mismo hasta que las dos partes puedan llegar a un acuerdo, negociar para que dejen de competir y colaboren para conseguir lo que se requiere.

Habría que lograr que “el perro de arriba” permita cubrir nuestras necesidades, mientras el “perro de abajo” nos da permiso para realizar lo que creemos que debemos hacer. La ansiedad desaparece cuando nos aceptamos de forma completa a nosotros mismos. Cuando podemos aceptar a nuestro "perro de arriba y a nuestro perro de abajo". 

Desde la terapia se facilita este diálogo entre las dos partes con el propósito de establecer una negociación entre ambos. Ambos "perros" son asimiliados como parte de nuestras personalidad. Al lograr que tanto uno como otro “cedan” ante la negociación, "el perro de abajo" ya no necesitará sabotear al perro de arriba .Al dialogar, ambas partes de la personalidad llegan a un acuerdo en el que cada una obtiene lo que desea, por lo que dejan de luchar.

Tomar contacto con las dos partes, implica poder integrar a nuestros saboteadores, de la forma que ya no cumplan la función de saboteadores, sino de potenciadores de nuestro yo. 

Estoy en esta silla 
Para que tu me veas 
Siento el latir de mi corazón 
Y me siento a mi mismo. 
Te veo observando 
Como sea que me muevo
Y te veo pillándome 
En mi propia brecha.
Estoy con dolor 
No voy a revelar 
Mi lucha en vano 
Mi querer esconder 
Mi dolor insiste 
Me estoy arrancando 
Y sigo defendiéndome 
Del precio que he de pagar. 
Tengo que hacerlo 
Aunque me muera de temor 
Prefiero atravesarlo 
En la esperanza de que tal vez 
Llegue a ser verdadero. 

“Dentro y fuera del tarro de la basura” Ed. Cuatro Vientos, Chile. 1975)

Fuente:

Adriana Reyes
Psicóloga Col.19.831
Psicoterapeuta integradora.


26 oct 2013

Las rabietas infantiles







Los compañeros de Edúkame han colgado estos días un compendio de artículos que han ido escribiendo, relacionados con el tema de las rabietas y pataletas infantiles. Como yo no lo hubiera hecho mejor, aquí os dejo algunos de esos links, para que todos los que tengáis dudas o curiosidad sobre este tema, podáis consultarlos.






















Ana B. Taboada. Psicólogo

30 sept 2013

Qué es un profesor de Pedagogía Terapéutica (PT)



¿Quiénes son? ¿Qué funciones desempeñan en las diferentes etapas educativas: Infantil, Primaria y Secundaria?

Los docentes de Pedagogía Terapéutica pertenecen a la Educación Especial y desarrollan diferentes aplicaciones didácticas y metodologías destinadas a aquellos alumnos que presentan necesidades educativas especiales (NEE). Realizan su trabajo fuera del aula y de manera individual, o con grupos muy reducidos de alumnos.

Sus funciones son muy diversas, podríamos resumirlas en los siguientes apartados:

  • Colaborar con los docentes y tutores en la realización de adaptaciones curriculares individualizadas para aquellos alumnos que las precisen, tanto en objetivos, contenidos o capacidades, redactando un informe final y una propuesta para el curso siguiente.
  • Orientar a los docentes y tutores sobre los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo (ACNEAES) que requieran programas de intervención individual, y colaborar en su seguimiento y posterior evaluación.
  • Participar junto con el orientador del ciclo correspondiente en la valoración psicopedagógica de los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo.
  • Participar junto al tutor en la intervención con aquellas familias de alumnos que presentan NEE.
  • Colaborar con el Departamento de Educación Especial en cualquiera de las funciones que estén relacionadas con sus competencias.

¿Puede el docente de Pedagogía Terapéutica sustituir al tutor? ¿Cuál es su ubicación dentro del organigrama del centro escolar?

El docente de Pedagogía Terapéutica solamente ejercerá la tutoría en el caso de la creación de aulas específicas relacionadas con sus competencias docentes, separando esta labor de las responsabilidades del tutor o de otros docentes dentro del aula ordinaria.

La ubicación del docente de Pedagogía Terapéutica estaría dentro del Departamento de Educación Especial y Apoyo educativo de cualquiera de los centros de Educación Infantil, Primaria y Secundaria.


¿Cuáles son sus ámbitos de actuación?

  • Proporcionar a aquellos alumnos con NEE asociadas a discapacidad la atención necesaria para su integración dentro del centro escolar.
  • Proponer una intervención educativa especializada según cada necesidad.
  • Atender a aquellos alumnos que precisen adaptaciones curriculares individualizadas, ya sean significativas o muy significativas, fuera del aula y en grupos muy reducidos.
  • Intervenir en las adaptaciones de alumnos con discapacidad sensorial o motórica dentro de las diferentes etapas escolares.
  • Unificar su labor que, unida a la del tutor, se recopilará en un expediente individualizado para cada uno de los alumnos y se conservará en el Departamento de Orientación del centro educativo.
  • Colaborar con el Departamento de Orientación y de Apoyo educativo en la previsión de nuevos alumnos que requieran una intervención individual dentro del periodo escolar, planificando los recursos con los que cuenta el centro y solicitando otros nuevos.

Fuente: Revista Maestra Infantil Educación Especial
Año III Nº 10

28 sept 2013

Que es el "Retraso Madurativo"



Muchos niños y niñas pequeñas con dificultades reciben un primer diagnóstico de retraso madurativo. ¿En qué consiste realmente este diagnóstico? Brevemente voy a tratar de explicárselo. 

El retraso madurativo suele implicar las siguientes características:

  • El niño o la niña tiene afectadas varias áreas de su desarrollo: la psicomotricidad, el lenguaje, el desarrollo cognitivo o la interacción social.
  • La afectación consiste en un retraso cronológico, es decir, el niño o la niña con retraso madurativo, mantiene características similares a las de niños de menor edad cronológica. Su lenguaje, psicomotricidad o las áreas afectadas son muy parecidas a las de edades inferiores a las que el niño tiene actualmente, como si fuera más pequeño de su edad. Este aspecto es importante, en el retraso madurativo hay un retraso cronológico, pero siguiendo el curso normal del desarrollo. El retraso puede ser de aproximadamente un año o dos a lo sumo.
Sin embargo, cuando se produce una desviación, ya no hablamos de retraso madurativo. Por ejemplo, los niños que padecen trastorno generalizado del desarrollo su cuadro es claramente una desviación de la pauta normal de crecimiento en el ámbito de lenguaje e interacción social.

En el retraso madurativo, el niño progresa en su desarrollo y llega a normalizarse más o menos, especialmente si recibe estimulación adecuada.


Por tanto, el retraso madurativo es temporal, dura un tiempo limitado. Sin embargo, los que nos dedicamos a la evaluación y diagnóstico de niños pequeños utilizamos el retraso madurativo como un “genérico”, un cajón de sastre y empleamos esta categoría cuando en realidad no sabemos qué decir o es demasiado pronto para establecer un diagnóstico más riguroso que podemos sospechar como por ejemplo, un retraso mental.

Desgraciadamente, a nivel escolar, los alumnos con retraso madurativo no siempre son recocidos como alumnos con necesidades educativas especiales y por tanto, no se benefician de los apoyos y la estimulación adecuada en un momento de su desarrollo crítico. En estos casos, es siempre mejor estimular que esperar a que pase el tiempo “para ver si madura”. 

Jesús Jarque García

26 sept 2013

Como son las personas sanas, libres de zonas "erroneas" o neuróticas.


Es posible que una persona liberada de zonas erróneas nos parezca un personaje de ficción, pero la liberación de los comportamientos autodestructivos no es un concepto mitológico; más bien se trata de una posibilidad real. La posibilidad de funcionar plenamente está a tu alcance y una completa salud mental en el momento presente puede ser una opción. Este último capítulo está dedicado a describir cómo funciona la gente libre de zonas erróneas de comportamiento y pensamiento. Verás el desarrollo de un individuo distinto a la mayor parte de la gente y que se distingue por su hábil capacidad de estar creativamente vivo en todo momento.

Las personas libres de zonas erróneas son muy distintas a la gente común y corriente. Y aunque su aspecto es como el del normal de la gente, ellos tienen unas cualidades muy particulares que en ningún caso son raciales, socioeconómicas o sexuales. No encajan fácilmente en ningún rol, trabajo específico, moldes geográficos, niveles educativos o estadísticas económicas. Tienen una cualidad diferente, pero la diferencia no es fácil de discernir por medio de los factores externos tradicionales con los que generalmente clasificamos a la gente. Pueden ser ricos o pobres, hombres o mujeres, blancos o negros, vivir en cualquier parte y hacer casi cualquier cosa. Son un grupo de gente muy variada que sin embargo tienen un factor en común: estar libres de zonas erróneas. ¿Cómo darte cuenta de cuando te encuentras con alguien así? ¡Obsérvalos! ¡Escúchalos! Esto es lo que descubrirás:

  • En primer lugar, y esto será lo más evidente, verás que es gente que disfruta de virtualmente todo lo que les brinda la vida; gente que se siente cómoda haciendo cualquier cosa y que no pierde el tiempo quejándose o deseando que las cosas fueran de otra manera. Sienten entusiasmo por la vida y quieren todo lo que pueden sacar de ella. Les gusta salir de excursión, ir al cine, leer, practicar deportes, asistir a conciertos, visitar ciudades, granjas, contemplar animales, montañas y realmente casi todo. Les gusta la vida. Cuando estás cerca de gente así, notarás la ausencia de lamentos e inclusive de suspiros pasivos. Si llueve, les gusta. Si hace calor lo disfrutan en vez de quejarse. Si se encuentran en medio de una congestión de tráfico, o en una fiesta, o completamente solos, sencillamente actúan de la mejor manera posible. No se trata de disfrutar de todo lo que sucede, sino de una sabia aceptación de lo que es, de una rara habilidad para deleitarse con la realidad. Pregúntales lo que no les gusta y les costará darte una respuesta honesta. No actúan con la sensatez que significaría protegerse de la lluvia cobijándose bajo techo, porque la lluvia les parece hermosa, estimulante y algo que vale la pena experimentar. Les gusta. El fango no los enfurece: lo observan, chapotean en él y lo aceptan como parte de lo que significa estar vivo. Les gustan los gatos? Sí. Los osos? Sí. Los gusanos? Sí. Y aunque las molestias como enfermedades, sequías, mosquitos, inundaciones y otras calamidades no les producen placer ni las aceptan con entusiasmo, es gente que no gasta sus momentos presentes quejándose por ellas o deseando que no fueran así. Si hay que destruir ciertas situaciones, ellos tratarán de destruirlas. Y disfrutarán haciéndolo. Por más que trates, te costará descubrir algo que no les guste hacer. Realmente aman la vida y realmente se sumergen en ella disfrutando de todo lo que les brinda.
  • La gente sana y realizada está libre del sentimiento de culpa y de toda la ansiedad que se produce cuando se usan los momentos presentes inmovilizándose por hechos que sucedieron en el pasado. Ciertamente pueden reconocer que han cometido errores y pueden prometerse que evitarán repetir ciertos comportamientos que resultaron contraproducentes de alguna manera, pero no malgastan su tiempo arrepintiéndose por algo que hicieron y que desearían no haber hecho, o molestos porque les disgusta algo que hicieron en algún momento de su vida pasada. La total carencia de culpa es una de las características de las personas sanas. Nada de lamentos por lo que pasó y nada de esfuerzos por lograr que otros escojan la culpa haciendo preguntas tan vanas como "¿Por qué no lo hiciste de otra manera?, o "¿No te avergüenzas de ti mismo?" Dan la impresión de que saben reconocer que la vida ya vivida es eso, y que por más mal que uno se sienta al respecto, nada podrá hacer para cambiar lo que pasó. Ellos mismos se sienten libres de culpa sin ningún esfuerzo: porque es natural, nunca ayudan a los demás a escoger la culpa. Se dan cuenta que sentirse mal en el momento presente sólo refuerza la pobre imagen de sí misma que puede tener una persona y que es mucho mejor aprender del pasado que protestar por el pasado. No los verás nunca manipulando a los demás diciéndoles lo malos que han sido, ni tampoco podrás manipularlos tú con las mismas tácticas. Ellos no se enfadaran contigo, simplemente no te harán caso, te ignorarán. En vez de molestarse contigo, preferirán irse o cambiar de tema. Las estrategias que funcionan tan bien con la mayor parte de la gente fallan completamente con estos seres tan sanos. En vez de hacerse desgraciados a sí mismos o a los demás con sentimientos de culpabilidad, tranquilamente, sin mayor ceremonia dejan de lado la culpa cuando la encuentran en su camino.
  • Igualmente la gente libre de zonas erróneas no se atormenta con preocupaciones. Algunas circunstancias que a otras personas podrían llegar a enloquecerlas apenas si afectan a estos individuos. No son ni planificadores del futuro ni ahorradores para el futuro. Rehúsan preocuparse por lo que pasará en el futuro y se mantienen libres de la ansiedad que acompaña a las preocupaciones. No saben preocuparse. No es parte de su manera de ser. No es que necesariamente estén todo el tiempo calmados pero no están dispuestos a pasar sus momentos presentes sufriendo por cosas que pueden suceder en el futuro y sobre las que no tienen ningún control. Están orientados principalmente hacia sus momentos presentes, y tienen una señal interna que parece recordarles que todas las preocupaciones deben suceder en el momento presente, y que ésa es una manera muy tonta de vivir su actualidad. Esta gente vive ahora en el presente y no en el pasado o en el futuro. No se sienten amenazados por lo desconocido y buscan nuevas experiencias que nos les son familiares. Les encanta la ambigüedad. Disfrutan del ahora en todas las ocasiones convencidos de que es todo lo que tienen. No hacen proyectos para un acontecimiento futuro dejando que pasen largos períodos de inactividad mientras esperan este acontecimiento. Los momentos que se viven entre los acontecimientos son tan vivibles como los acontecimientos mismos, y estas personas tienen una rara habilidad para sacar todo el goce posible de sus vidas diarias. No son "postergadores" ni de los que ahorran por si vienen tiempos malos ¡y aunque nuestra cultura no apruebe su comportamiento, no se sienten amenazados por reproches que provengan de sí mismos! Aprecian y disfrutan ahora de su felicidad y cuando el futuro llegue y se convierta en presente lo aprecian y disfrutan también. Estos individuos gozan siempre porque sencillamente se dan cuenta de lo absurdo que es esperar para disfrutar. Es una manera muy natural de vivir la vida, un poco como un animal o un niño. Están demasiado ocupados en realizar plenamente el momento presente mientras que la mayoría de la gente vive esperando las retribuciones sin ser capaces jamás de cogerlas cuando se les presentan. 
  • Esta gente tan sana es notablemente independiente. Es gente que se encuentra fuera del nido, y aunque puede sentir gran amor por su familia y estar muy ligados a ella, piensan que la independencia es más importante que la dependencia en todas las relaciones humanas. Saben apreciar muy bien su propia independencia, el no depender de lo que puedan hacer los demás. Sus relaciones humanas se basan en el respeto mutuo al derecho que tiene el individuo a tomar sus propias decisiones. El amor de esta gente no lleva implícita la imposición de los valores propios en el ser amado. Dan gran importancia a la intimidad del ser humano; lo que puede hacer que los demás se sientan rechazados. Les gusta estar solos a veces, y se preocupan mucho de proteger su intimidad. No se comprometen sentimentalmente con mucha gente. Son selectivos en lo que respecta al amor, pero son también profundamente afectuosos. A las personas dependientes y no sanas les cuesta amar a seres así porque éstos son muy intransigentes en lo que respecta a su libertad individual. Si alguien los necesita, rechazan esta necesidad por encontrar que es perjudicial para la otra persona tanto como para ellos mismos. Quieren que las personas que ellos aman sean independientes, que hagan sus propias elecciones y que vivan sus vidas por sí mismos. Y a pesar de que pueden disfrutar de los demás y desear estar en su compañía, quieren mas aún que los demás se las puedan arreglar sin muletas y sin apoyos. Así pues, el momento en que empieces a apoyarte en esta gente, te darás cuenta que ellos por su lado empiezan a desaparecer primero emocionalmente y luego físicamente también. Rehúsan depender de la gente y que dependan de ellos en una relación afectuosa e interesada, pero alientan su confianza en sí mismos casi desde el principio ofreciéndoles mucho amor en todas las oportunidades que se presentan.
  • Encontraras muy poca búsqueda de aprobación entre estos individuos felices y realizados. Son capaces de funcionar sin la aprobación y el aplauso de los demás. No buscan honores como hace la mayoría de la gente. Son muy independientes de la opinión de los demás, sin importarles prácticamente nada si a la otra persona le gusta lo que ellos dicen o hacen. No tratan de escandalizar a nadie ni de ganar su aprobación. Es gente que está interiormente dirigida y a la que realmente no le preocupa ni interesa la evaluación de su comportamiento que hace la demás gente. No es que sean insensibles al aplausos o a la aprobación: parecen no necesitarlos. Pueden ser incluso bruscos porque son honrados y no envuelven sus mensajes con frases cuidadosamente pensadas para complacer a los demás. Si quieres saber lo que piensan, eso será exactamente lo que te dirán. Igualmente, cuando tú digas algo sobre ellos, no los destruirás ni inmovilizarás con tus palabras y opiniones. Usarán la información que les das, la filtrarán por medio de sus propios valores y usarán lo que les sirve en su propio beneficio y crecimiento. No necesitan ser amados por todo el mundo, ni tienen excesiva necesidad de aprobación. Reconocen que siempre habrá quien desapruebe lo que hacen. Son seres poco comunes en el sentido que son capaces de funcionar como ellos mismos, y no como dictamina un tercero. Cuando observas a estos individuos, notas una falta de enculturación. No son rebeldes, pero hacen sus propias elecciones aunque esas elecciones entren en conflicto con lo que hace toda la demás gente. Son capaces de pasar por alto las pequeñas normas sin importancia e ignorar tranquilamente los inútiles convencionalismos que son parte tan importante de la vida de mucha gente. NO son aficionados a asistir a "cocktail parties" ni hacen conversación porque la buena educación lo aconseja. Son dueños de sí mismos y aunque consideran que la vida social es parte importante de sus vidas, se niegan a dejar que ésta los gobierne o a convertirse en esclavos de la misma. No atacan con rebeldía pero internamente saben cuándo pasar por alto ciertas cosas y funcionan con la mente clara y en forma sensata.
  • Saben reír y hacer reír. Descubren el humor en casi todas las situaciones y se pueden reír de los acontecimientos más absurdos lo mismo que de los más serios y solemnes. Les encanta ayudar a los demás a reírse y les resulta fácil crear buen humor. No es gente seria ni grave que camina por la vida con pasos de plomo y rostro severo. Más bien, son hacedores, gente activa, a los que a menudo se les reprocha ser frívolos en el momento inoportuno. No están a tono con los acontecimientos exteriores porqué saben muy bien que no existe realmente el momento justo para hacer cualquier cosa. Les encantan las cosas desproporcionadas e incongruentes, pero su humor no tiene hostilidad. jamás usan el ridículo para hacer reír. No se ríen de la gente, se ríen con la gente. Se ríen de la vida y lo ven todo como un gran divertimento, aunque toman muy en serio sus proyectos. Cuando se echan para atrás y contemplan la vida, saben muy bien que no se dirigen a ningún sitio especial y que son capaces de disfrutar y de crear una atmósfera en la cual los demás pueden optar por el gozo. Son gente divertida que vale la pena tener cerca.
  • Son gente que se acepta a sí misma sin quejas. Saben que son seres humanos y que serlo implica ciertos atributos humanos. Saben cuál es su aspecto físico y lo aceptan. SI son altos, perfecto, pero si son bajos también. La calvicie está muy bien, lo mismo que una frondosa cabellera.
  • Pueden soportar el sudor. No falsean su aspecto físico. Se han aceptado a sí mismos y por ello son la gente más natural. Nada de esconderse detrás de artificios ni de disculparse por lo que son. NO saben ofenderse por nada que sea humano. Se quieren a sí mismos y aceptan todo lo que está en la naturaleza tal como es en vez de desear que fuera diferente. Jamás se quejan de cosas que no pueden cambiar como olas de calor, tormentas eléctricas o el agua fría. Se aceptan a sí mismos y al mundo tal como es. Sin pretensiones, sin lamentaciones, con una aceptación simple. Aunque los frecuentes durante muchos años, no los oirás rebajándose a sí mismos o deseando sutilmente algo imposible. Verás actuar a gente activa, a los hacedores. Verás como toman el mundo natural y disfruta de todo lo que este le ofrece.
  • Aprecian el mundo natural. Les encanta estar al aire libre disfrutando de la naturaleza, recorriendo gozosamente todo lo que aún está intacto, que es original y aún no ha sido estropeado. Le encantan las montañas, los atardeceres, los ríos, las flotes, los árboles, los animales y virtualmente toda la flora y la fauna. Como personas son naturalistas, nada pretenciosos ni ceremoniosos y les encanta la naturalidad del universo. No andan ocupados buscando bares, tabernas, clubs nocturnos, fiestas convencionales, habitaciones llenas de humo y cosas por el estilo, aunque ciertamente son muy capaces de disfrutar plenamente con este tipo de actividades. Están en paz con la naturaleza, el mundo de Dios, si quieres, aunque son muy capaces de funcionar en un mundo hecho por la mano del hombre. Son también capaces de apreciar lo que ya no tiene interés para otros. Jamás se cansan de un atardecer o de una excursión por el bosque. La visión de un pájaro volando es siempre un espectáculo admirable. Igual que no se cansan de mirar a un gusano ni tampoco a una gata que da a luz a sus gatitos. Una y otra vez, nunca se cansan de apreciar espontáneamente lo que la vida les va brindando. Algunas personas encuentran que esta es una actitud muy artificial pero ellos no se dan cuenta de lo que piensan los demás. Están demasiado ocupados en asombrarse por la amplitud de posibilidades que les brinda la vida para realizarse plenamente en el momento presente.
  • Tienen una percepción muy especial en lo que respecta a la conducta de los demás y lo que a otros les puede parecer complejo e indescifrable, para ellos es claro y comprensible. Los problemas que inmovilizan a tanta gente son a menudo sólo pequeñas molestias para ellos. Esta falta de compromiso emocional con los problemas les permite franquear barreras que para muchos son infranqueables. Tienen percepciones claras en lo que a ellos mismos respecta y reconocen inmediatamente lo que los demás están tratando de hacerles. Pueden alzarse de hombros y pasar por alto cosas por las que otros se enfadan y quedan inmovilizados. Y ciertas cosas que pueden confundir a mucha gente que las encuentra insolubles, a ellos no los amilanan y más bien las consideran como simples y de fácil resolución. No están monopolizados por los problemas de su mundo emocional. Para esta gente, un problema es realmente sólo un obstáculo que hay que vencer y no un reflejo de lo que ellos son o dejan de ser como personas. Su autovaloración está ubicada dentro de sí mismos, por lo que cualquier problema externo puede ser visto objetivamente, y no, en ningún caso, como una amenaza o un desafío a su propia valía. Éste es uno de los rasgos de su personalidad más difíciles de comprender, ya que la mayoría de la gente se siente amenazada por los acontecimientos externos, por las ideas o por la demás gente. Pero los seres independientes y sanos no saben cómo sentirse amenazados y esta característica hace que sean ellos los que parezcan amenazadores a los demás.
  • Nunca pelean inútilmente. No son partidarios del autobombo para atraer la atención sobre sí mismos. Si la lucha puede provocar un cambio, entonces lucharán pero jamás lucharán inútilmente. No son mártires. Son hacedores.
  • Son también gente que ayuda a los demás. Generalmente trabajan en cosas que le hacen la vida más agradable o más tolerable a los demás. Son guerreros en la vanguardia del cambio social, pero no llevan sus luchas consigo a la cama por las noches como caldo de cultivo de úlceras, enfermedades del corazón u otros desórdenes físicos. Son incapaces de estereotipar. A menudo ni se dan cuenta de las diferencias físicas de la gente incluyendo las raciales, étnicas, morfológicas o sexuales. No son gente superficial que juzga a los demás por su aspecto exterior. Y aunque puedan parecer egoístas y preocupados sólo de su propio placer, en realidad pasan gran parte de su tiempo dedicados a servir a los demás. ¿Por qué? Porque les gusta hacerlo.
  • No son gente enfermiza. No creen en la inmovilidad que producen los resfriados y los dolores de cabeza. Creen en su propia capacidad para deshacerse de esas enfermedades y no andan contándole a los demás lo mal que se sienten, lo cansados que están o qué enfermedades infectan su cuerpo en la actualidad. Tratan bien a sus cuerpos. Se quieren a sí mismos y en consecuencia comen bien, hacen regularmente ejercicio (como sistema de vida) y rehúsan experimentar el tipo de malestares que inutilizan a mucha gente durante diversos períodos de tiempo. Les gusta vivir bien, y así lo hacen.
  • Otra característica de estos individuos en pleno funcionamiento es la honestidad. Sus respuestas no son evasivas ni pretenden mentir respecto a ninguna cosa. Consideran que la mentira es una distorsión de su propia realidad y rehúsan participar en cualquier tipo de comportamiento que sirva para engañarse a sí mismos. Y aunque son personas discretas evitarán tener que distorsionar la verdad para proteger a la gente. Saben que están a cargo de su propio mundo y e otros también lo están. Así se comportan de una forma que a menudo otros pueden considerar cruel, pero en realidad lo que ellos hacen es simplemente dejar que los otros tomen sus propias decisiones. Se enfrentan eficientemente con lo que es, en vez de lo que ellos quisieran que fuera.
  • Esta gente no culpa a los demás. La orientación de su personalidad es interna y rehúsan responsabilizar a los demás por lo que ellos son. Por lo mismo, no pierden mucho tiempo hablando de los demás, ni están obsesionados por lo que los otros hacen o dejan de hacer. No hablan de la gente ¡hablan con ella! No culpabilizan a los demás; ayudan a los demás y a sí mismos a poner la responsabilidad donde corresponde. No se meten en habladurías ni propagan informaciones tendenciosas y malvadas. Están tan ocupados en vivir su propia vida con eficiencia que no tienen tiempo de ocuparse de las pequeñeces que saturan la vida de mucha gente. Los hacedores hacen. Los críticos culpan y se quejan. Estos individuos no se preocupan mucho por el orden, la organización o los sistemas en sus vidas. Practican su autodisciplina pero no tienen necesidad de que las cosas y la gente encajen en sus propias percepciones de lo que deben de ser las cosas. No están llenos de "debes" respecto a la conducta de los demás. Creen que todos tienen derecho a sus elecciones y que esas pequeñeces que enloquecen a otra gente son simplemente el resultado de la decisión de otra persona. No creen que el mundo debe ser de alguna manera especial. No se preocupan mayormente por el orden y la limpieza. Existen de una manera funcional y si todo no es tal cual ellos quisieran, encuentran que eso también es correcto. Para esta gente, la organización es simplemente una manera útil de actuar y no un fin en sí misma. Y justamente por esta falta de neurosis organizativa es por lo que son creativos. Emprendencualquier cosa a su manera única y particular, ya sea el hacer un plato de sopa, escribir un informe o cortar el césped. Aplican su imaginación a sus actos y el resultado es una manera creativa de hacer las cosas. No sienten la obligación de hacer las cosas de cierta manera. No consultan manuales ni hablan con expertos: simplemente atacan el problema de la manera que les parece más apropiada. Esto se llama creatividad; y sin excepciones, ellos la tienen.
  • Es gente con niveles de energía especialmente altos. Parecen necesitar menos sueño y sin embargo se sienten estimulados por la vida. Viven y son sanos. Pueden hacer acopio de tremendas rachas de energía para completar una tarea porque escogen comprometerse en ella considerándola como una actividad estimulante que los realiza en el momento presente. Esta energía no es sobrenatural: es simplemente el resultado de su amor a la vida y a todas las actividades que ella brinda. No saben aburrirse. Todos los acontecimientos de la vida ofrecen oportunidades de hacer, pensar, sentir y vivir, y ellos saben aplicar su energía en casi todas las circunstancias. Si se los encarcelara, emplearían sus mentes en divagaciones creativas para evitar la parálisis de la falta de interés. No hay aburrimiento en sus vidas porque ellos canalizan la misma energía que tienen otros de maneras productivas para ellos mismos.
  • Son agresivamente curiosos. Nunca saben lo suficiente. Buscan siempre más y quieren aprender cada uno y todos los momentos presentes de sus vidas. No les preocupa hacerlo bien o haberlo hecho mal. Si algo no resulta, o no logra grandes beneficios, entonces se descarta en vez de lamentarlo. Son buscadores de la verdad en el sentido de aprender cosas, siempre estimulados por la posibilidad de aprender más y sin llegar a creer jamás que ya son un producto terminado. Si están con un barbero se interesan por los problemas de ese oficio. No se sienten nunca superiores ni actúan como si lo fueran, alardeando de sus méritos para que otros los aplaudan. Aprenden de los niños, de los corredores de bolsa y de los animales. Quieren saber más sobre lo que significa ser un herrero o un cocinero, una fulana o el vicepresidente de una corporación. Son estudiantes que aprenden, no profesores que enseñan. Nunca tienen los conocimientos suficientes y no saben comportarse como snobs ni sentirse superiores puesto que nunca se sienten así. Cada persona, cada objeto, cada acontecimiento representa una oportunidad para saber más. Y son agresivos en sus actitudes respecto a sus intereses, sin esperar que la información les salga al paso sino que van tras ella. No tienen miedo de hablar con una camarera, o preguntarle al dentista qué se siente cuando uno tiene las manos en la boca de la gente todo el día, o preguntarle a un poeta el significado de tal o cual frase.
  • No tienen miedo al fracaso. No equiparan el éxito en una empresa con el éxito como ser humano. Puesto que su autovaloración les viene del interior, pueden observar los acontecimientos externos objetivamente y pensar sencillamente que son eficientes y positivos o ineficientes y negativos. Saben que el fracaso es sólo un índice de la opinión de otra gente y no hay que tenerle miedo puesto que no puede afectar su autovaloración. Así, se atreven a probar cualquier cosa, a participar en las cosas simplemente porque es divertido y no tienen miedo a tener que explicarse a sí mismos. Igualmente nunca escogen la ira que inmoviliza. Usando la misma lógica (sin tener que repensarla cada vez puesto que se ha convertido en un modo de vida), no se dicen a sí mismos que la otra gente se debería comportar de una manera distinta a la habitual o que los hechos deberían ser diferentes. Aceptan a los demás como son y trabajan para cambiar los hechos que les desagradan. Así, la ira es imposible porque no existen las falsas o exageradas pretensiones. Esta gente es capaz de eliminar las emociones que de alguna manera son autodestructivas y de alentar las que les sirven para crecer.
  • Estos felices mortales no son nada defensivos. No hacen jugarretas ni tratan de impresionar a los demás. No se visten para agradar a los demás y lograr su aprobación, ni tampoco cumplen con el ritual de explicarse a sí mismos. Actúan con gran sencillez y naturalidad y no se dejan seducir para hacer alharacas sobre cosas pequeñas o grandes. No son tercos discutidores: ellos expresan simplemente sus puntos de vista, escuchan los de los demás y reconocen la utilidad de tratar de convencer a alguien para que sea como ellos. Y dicen simplemente: "Eso está muy bien: somos diferentes, eso es todo. No tenemos que estar de acuerdo". Y dejan las cosas así sin necesidad de ganar una discusión o de persuadir a su contrincante de lo equivocado de su posición. No tienen miedo a causar una mala impresión pero tampoco hacen lo posible por causarla. Sus valores no son valores locales. No se identifican con la familia, el vecindario, la comunidad, la ciudad, el estado p el país. Se consideran a sí mismos como parte de la raza humana y para ellos un austríaco cesante no es mejor ni peor que un californiano cesante. No son patrióticos respecto a una frontera especial. Más bien se ven a sí mismos como parte de la humanidad. No sienten alegría porque hay más muertos en el campo enemigo ya que el enemigo es tan ser humano como el aliado. No siguen las normas hechas por los hombres que describen la manera de tomar partido. Ellos transcienden las fronteras tradicionales, lo que a menudo es motivo para que otros los clasifiquen como rebeldes o traidores. No tienen héroes ni ídolos. Miran a toda la gente como seres humanos y no colocan a nadie sobre sí mismos en importancia. No exigen justicia en cada ocasión. Cuando otra persona tiene más privilegios que ellos, lo ven como un beneficio para esa persona más que como un motivo para sentirse infelices.
  • Cuando juegan con un contrincante, quieren que le vaya bien en vez de desear que juegue mal para ganar. Quieren ser victoriosos y eficientes por sus méritos en vez de ganar por las fallas de los demás. No insisten para que todos sean igualmente dotados, sino que miran hacia dentro de sí mismos para buscar su felicidad. No son críticos y tampoco sienten placer por las desgracias ajenas. Están demasiado ocupados siendo ellos mismos para fijarse en lo que hacen sus vecinos. Más significativamente aún, estos individuos se aman a sí mismos. Están motivados por un deseo de crecer y siempre que les dan la opción para hacerlo, se tratan muy bien a sí mismos. No tienen espacio para sentir autocompasión, ni autorrechazo, ni para odiarse a sí mismos. Si les preguntas: "¿Te quieres a ti mismo?", recibirás una respuesta muy sonora y afirmativa: "¿Por supuesto que sí!". Son en realidad aves raras. Cada día es un deleite. Lo viven enteramente disfrutando de todos sus momentos presentes. No es que no tengan problemas, pero no están inmovilizados emocionalmente a causa de sus problemas. La medida de su salud mental no reside en que resbalen, sino en lo que hacen cuando resbalan. ¿Acaso se quedan allí lamentándose de su caída? No, se levantan, se sacuden el polvo y siguen atareados con los quehaceres de la vida.
La gente que vive libre de zonas erróneas no corre tras la felicidad, simplemente viven y la felicidad, cuando llega, es su retribución.
Si usas tus momentos presentes para aumentar al máximo la plenitud de tu realización, serás una de esas personas y no un simple observador. Es una idea maravillosa: estar libre de zonas erróneas. Puedes hacer esa elección ahora mismo, si escoges hacerla.

Wayne W. Dyer
"Tus zonas erroneas"