9 mar 2013

El DSM V


LA INFANCIA NO ES UN TRASTORNO MENTAL



El DSM-V ya está próximo... y creo que somos muchos los médicos en general - y los pediatras muy en particular - los que estamos profundamente preocupados por lo que del mismo se va filtrando.

En el reciente Curso de Actualización de la AEPap celebrado en Madrid, en la mesa redonda de "Dividencias", ya se hizo mención al DSM-V como posible "hacedor" de nuevos trastornos psiquiátricos infantiles al convertir algunos comportamientos en enfermedades mentales. Este temor no es nuevo, diversos blogs espcializados en psicología y psquiatría también están manifestando su profunda preocupación sobre este tema. En "Saltando muros" ya nos advertían hace dos años de que "El nuevo manual clasificatorio de enfermedades mentales DSM-V amenaza con poblar el planeta de enfermos psíquicos". No parece una exageración, ni mucho menos. Me quedo con una frase de la entrada del mencionado blog que para mi resume perfectamente los motivos de nuestra preocupación: "El DSM-V podría dramáticamente incrementar las tasas de trastornos mentales. Esto aparece de dos maneras: nuevos diagnósticos que podrían ser extremadamente comunes en la población general y umbrales diagnósticos más bajos para muchos desórdenes existentes".

Los niños van a ser, si nadie lo remedia, los grandes perjudicados de la nueva clasificación DSM-V. Un solo ejemplo: las rabietas infantiles corren el riesgo de "colarse" en la versión definitiva de este manual bajo el aparatoso nombre de ""Trastorno de Disregulación Disruptiva del estado de ánimo" (DMDD), aplicable a niños que "exhiben episodios frecuentes de irritabilidad y arrebatos de conducta durante tres o más veces a la semana durante más de un año"". Por poner un ejemplo. Vamos a otro: respecto al TDAH, parece ser que los criterios diagnósticos serán más "laxos", no requiriendo discapacidad y reduciendo el número de criterios para realizar el diagnóstico del trastorno.en adultos...

Parece ser que el DSM-V verá la luz en mayo de este año según se informa en su web oficial. Habrá que esperar a ver si todos estos temores se confirman, aunque todo parece indicar que sí. En ese caso los pediatras tendremos que ejercer, más que nunca, de "abogados defensores" de nuestros niños. El DSM-V no es ajeno a intereses comerciales, como podemos comprobar en el artículo de PLOS Medicine titulado "A Comparison of DSM-IV and DSM-5 Panel Members' Financial Associations with Industry: A Pernicious Problem Persists".

Así que los pediatras tenemos motivos de sobra para estar preocupados. Cualquier comportamiento transitorio anormal puede ser tributario de su correspondiente "etiqueta psiquiátrica". Estemos alerta. Porque la infancia no es un trastorno mental.



José Cristóbal Buñuel Álvarez



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