15 feb 2013

Filosofía gestalt


La Terapia Gestalt se basa en rescatar las facetas más positivas de la persona y sus potencialidades, centrándose en su presente, las experiencias inmediatas y la toma de conciencia corporal. Trabaja las dificultades que la vida en relación le genera al sujeto y las respuestas que se brinda, haciéndolo responsable de sus elecciones.


Algunos de los principios de la Terapia Gestalt que pueden ser aplicables a la vida cotidiana:


1. Hablar con, no sobre o de:Vamos a tratar de hacer encuentros permanentes, esto significa que no nos vamos a permitir hablar "acerca de nada ni de nadie", esté o no presente aquí. Si lo está nos enfrentaremos directamente a él, si no también lo haremos a través del truco de imaginarnos que sí lo está.


2. Hacerse responsable:Algo muy importante es aceptar que no hago ni digo nada que no quiero, ni por equivocación. Que lo que siento, lo siento y no me pongo a tratar de averiguar por qué es así. Es más, inclusive puedo afirmar que si no soy responsable de lo que siento, sí lo soy enteramente de lo que digo y hago con lo que siento, Así como yo no soy responsable de lo que siento, pues me surge espontáneamente, tampoco lo es persona alguna.


3. Privilegiar el sentir sobre el pensar:No se pretende que dejemos de pensar. Si de prestar atención a lo que sientes.Lo que sientes puede ser anímico o físico. Ambos tienen localización en el cuerpo, si no puedes ubicar una emoción en tu cuerpo, no estas sintiéndola, estas pensando sobre ella.


4. No juzgar:Trata de quedarte con lo que sientes respecto de alguien. Es absolutamente imposible que no sientas nada, pero en todo caso, si no consigues registrarlo, no cambies la situación por un libre ponerte a juzgar acerca de sus cualidades buenas o malas. No sirve a nadie, ni al juzgado ni a ti, sólo consigues mantenerte alejados de tus propios sentimientos.


5. No interpretar:Interpretar significa asegurar que uno conoce las motivaciones del prójimo para hacer o decir lo que hace o dice. La mayor parte de nosotros desconoce la mayor parte de las motivaciones de lo que hacemos o decimos. ¿Cuál es nuestro mérito, entonces para asomarnos a vidas ajenas?


6. No invadir el campo psíquico de otro:Primero y fundamental, no consolar, no abrazar, no decir palabras tiernas, no defender, en una situación en la que alguien precisa estar a solas con su malestar para contactarse consigo mismo. También es interrumpir, hacer "caritas" al otro para desviar su bronca, impidiéndole expresar lo que siente.


7. No minimizar:Está relacionado con hacerse responsable de lo que hacemos y decimos. No es lo mismo decir: "Me da rabia lo que dices", que afirmar: "Siento un poquito de rabia". Si es poquito, no vale la pena mencionarlo, y si es mucho, disfrazarlo sólo tiene por objeto impedir la rabia ajena.


8. No atemperar golpes:El modo más frecuente de atemperar golpes, consiste en pronunciar un largo discurso lleno de circunloquios, para que lo que quiero decir, se deslice subrepticiamente sin que se: note demasiado. Por ejemplo: "A veces, cuando te miro, me parece que algunas de tus actitudes no son todo lo lúcidas que creo que podrían llegar a ser". ¿Qué ha dicho? Nada, probablemente la otra persona ni siquiera ha captado el sentido.


9. No interrumpir:Tratemos de registrar qué rodeos damos para no hacer algo. Por ejemplo, hay quienes tragan

reiteradamente para no llorar. Interrumpirse es realizar algún tipo de maniobra para evitar que una emoción siga su curso completo, que se resuelve en acción.


10. No manipular:La manipulación consiste en expresar, sin franqueza, una orden. Es una conducta violatoria del otro, por cuanto le impides ejercer su voluntad con libertad, y te ves generalmente entrampado haciendo algo, sin darte cuenta si lo deseas o no.El que manipula no se está siendo responsable ni arriesga su relación con el otro.


Fuente: Julia Z. de Baranchuk



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