Sobrellevar con éxito el problema de tener un hermano o hermana con autismo significa cosas distintas para los diferentes niños. A pesar de ello existen ciertos aspectos comunes en todas las familias con hijos con alguna discapacidad:
- Pérdida de la esperanza de ser una familia “normal”.
- Pérdida de una relación regular entre hermanos.
- Luchar por una identidad individual.
- Aspectos de responsabilidad compartida y apropiada.
- Lo hermanos menores se encuentran en una situación invertida, la cual implica asumir responsabilidades mayores que otros niños de su misma edad, si el hermano asume responsabilidades que se escapan a su edad, su infancia y desarrollo se verán afectados.
- Los hermanos mayores asumen el papel de apoyo de sus padres, a pesar de que los niños necesitan ser niños y no un componente del sistema de apoyo de los padres.
- Problema de privacidad.
- Incomprensión de la naturaleza del autismo.
- Incomprensión de ciertas conductas del hermano con autismo.
- Las recompensas no son tan frecuentes y tan fácilmente accesibles para el niño sano como para el niño con autismo.
- Enfrentarse a las burlas de los compañeros y a las preguntas inquisitivas de otras personas.
Para evitar los problemas mencionados y para fomentar el desarrollo normal de los hermanos debemos comenzar por establecer una relación positiva entre los hermanos lo antes posible. Los hermanos deben comprender que su hermano o hermana es diferente.
- Enseñar a los hermanos qué es el autismo
Puede resultar muy útil enseñar a los hermanos estrategias conductuales empleadas por los padres y profesores. El hecho de proporcionar estas directrices a los hermanos también ayuda al hermano con autismo, ya que existe la posibilidad de que el niño con autismo empiece la interacción con hermanos. Si los niños se relacionan bien debemos recompensar a ambos.
- Satisfacer las necesidades de los hermanos
Los hermanos de niños con autismo presentan a menudo enfados, celos y falta de atención, si dejamos que estos sentimientos se expanda, pueden volverse crónicos. Debemos tratar a los hermanos no solo como hermanos, sino también como personas individuales, con sus propias necesidades, deseos, sueños y derechos. los padres deben reservar como mínimo algunos minutos al día para hablar con el hermano de un niño con autismo. Durante este tiempo hay que prestar una atención completa al niño. no hay que usar este tiempo para discutir sobre autismo, sino que hay que hablar sobre sus deportes favoritos, proyectos, intereses, etc., e implicarse en actividades que le gusten. Deben disponer de tiempo y de energía para jugar y para estar con sus propios amigos.
- Problemas de conducta y adaptatación
Los problemas de conducta de un niño con autismo y el estrés materno pueden tener en algunos casos, un impacto negativo sobre la adaptación emocional y psicológica de los hermanos, Al niño sin autismo hay que garantizarle que se le quiere y que no debe preocuparse por su seguridad. Para llamar la atención, a veces se comportan como su hermano con autismo e imitan su conducta. esto causa a sus desbordados padres aún más angustia. en estos casos, la ayuda de un especialista será útil.
- Jugar juntos
Las actividades lúdicas entre un niño con autismo y su hermano, parecen ser imposibles, pero existen enfoques que pueden ayudar. Si se practican actividades lúdicas con hermanos sin autismo, aumentan las ocasiones para mejorar las relaciones sociales. Al jugar juntos los hermanos pueden fortalecer su conexión emocional. Ambos pueden aprender lo bonito que es disfrutar juntos del juego. También es beneficioso introducir un juego paralelo (por separado) en el programa diario, momento en el que cada niño juega con sus propios juguetes de forma independiente, aunque están físicamente cerca dentro de una misma habitación o en la misma mesa. Una extensión del juego paralelo es el juego de cooperación. Existen algunas actividades o situaciones en que los hermanos no deben implicarse. Esto ocurre cuando uno de los niños no quiere jugar o no disfruta del juego. Un entorno con muchos estímulos tampoco es adecuado para enseñar el juego mutuo. Debemos escoger actividades que probablemente resultarán adecuadas, porque sino el hermano sin autismo puede creer que es culpable del fracaso. para evitar el fracaso los padres deben dominar todas las actividades y éstas deben ser planeadas y predecibles.
- Crear un sentimiento de igualdad
A pesar de que la igualdad no es realista, el niño sin autismo debe sentirse igual a su hermano o hermana con autismo, al menos a los ojo de los padres. El niño sin autismo debe estar seguro de que los padres están orgullosos de sus logros. si se alaba o recompensa al niño con autismo por cualquier pequeño logro, los padres también deben reforzar y recompensar la conducta positiva del hermano. Debemos encontrar algunas actividades en casa que ambos puedan compartir y por la que podamos recompensarles a los dos.
- Organizar grupos de apoyos para los hermanos
Un adulto que también sea hermano o hermana de una persona con autismo es el que normalmente coordina estos grupos. durante las sesiones los hermanos pueden compartir sus experiencias, sus esperanzas, sus miedos, discutir sobre sus sentimientos, aprender cómo responder a algunas preguntas desagradables de sus compañeros u otras personas. Dejan atrás sus sentimientos de soledad y pueden comprobar que hay otros niños en su misma situación. estos grupos de apoyo proporcionan a sus miembros una visión más optimista sobre la situación. las reuniones deben ser regulares, continuadas y deben tener en cuenta las necesidades de los participantes del grupo. los grupos de apoyo y auto-ayuda son útiles para los hermanos a cualquier edad.
- Prepararse para situaciones difíciles con los compañeros y en la comunidad.
Los niños sin autismo tropiezan con las burlas de sus compañeros y estos les produce mucho estrés e incluso puede llevarles al aislamiento. Debemos ayudar al niño a comprender que solo las personas ignorantes se burlan de las discapacidades de los demás y que no siempre es importante lo que estas personas piensan. Enseñarles a responder preguntas difíciles y burlas, y practicar con él cómo reaccionar en situaciones difíciles.
Fuente: Libro: “La atención educativa al alumnado con trastorno del espectro autista”.
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